KURUPÍ

El Kurupí es el quinto hijo de Taú y Keraná. Como el Jasy Jatere, tiene forma humana, en su caso un cuerpo de hombrecillo o duende, pero de aspecto muy feo y desagradable, con las orejas en punta, la piel oscura y pelo en manos y pies.
Se le podía identificar fácilmente por su pene, que llevaba enrollado en la cintura. Se dice que con él atraía a las mujeres desde la distancia para llevárselas y dejarlas embarazadas. Se le consideraba protector de los animales salvajes, la naturaleza y de la selva, donde se ocultaba agazapado entre los árboles, esperando a asaltar a sus próximas víctimas.
El Kurupí es el mito a quien los investigadores han dado un capítulo especial de nuestra cultura Guaraní. Es el único del que tenemos referencias escritas en el siglo XVI. En 1595 el Jesuita José de Anchieta mencionaba al Kurupí como un demonio menor de los guaraníes y lo describe como un hombre pequeño con la piel escamosa y los pies hacia atrás, y un miembro viril que daba varias vueltas a su cintura.
Museo Mitológico Ramón Elías

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Ramón Elías

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